Algodones soñados y un beso de moza

entre las cuchumil razones por las que me gusta viajar, están los correos que recibo. Mi papá suele ponerse especialmente cariñoso, nostálgico y pertinente. Algunos amigos hacen gala de un estilo y un cariño sorprendentes, casi que sólo mostrado en esas ocasiones a la distancia, pues se manifiesta con otro gestos o acciones en la cotidianeidad compartida.

Copio y pego un fragmento del correo favorito recibido en este viaje:

"hace poco ando en busca de las cosas buenas del invierno. la q mepersigue fielmente es el beso de mosa. estimula mucho mi imaginaciónxq mientras lo voy comiendo me siento cautivada por la el discretoingenio de su combinación de ingredientes, un encanto de combinación. chocolate medio amargo (bien crocante xq hace frio) envuelviendo unabola de esponjoso merengue. me pongo un poco triste tb, x el malaporvechamiento industrial q hay de este encanto. ¿no se te ocurren todas las formas q se podrían hacer mientras lomuerdes? flores, mariposas, corazones, (hoy x hoy esas campanasdeberían ser el snack de toda boda...). ahora si encima fuese rosadopor dentro sería una cosa...... y en unos años más ....fosforescente!(seguro ya hay en japón...) para comerlo en noches de traviesa pasión,o de espanto de halloween... fijate q eso no se me había ocurridoantes! (lo del color) y veo tu mail y pienso q´ tontaa, es como elalgodón de azucar, y nadie lo qerrría si fuese blanco. y hay qcubrirlo de chocolate!!! q entusiasmoo!!!¿se puede? ya vino la plagade tentaciones del invierno."