Mi fin de semana: un cuasi ídolo de pubertad y una de ahora, de verdad.
El sábado al medio día llegué a mi nuevo taller con mi nueva llave y pasé cinco minutos tratando inultimente de abrir la puerta. Llamé a Chancy para pedir consejo, pero dar consejos telefónicos sobre cómo abrir una puerta es casi tan absurdo como llamar para recibirlos. Decidí pedirle a la primera persona que pasara que la abriera por mí, y para mi sorpresa, al voltear, estaba presto a auxiliarme Julián Legaspi. Era muy tarde para no hablarle, pues mi gesto de acercamiento había sido decidido y él se mostró complacido de socorrer a una dama en apuros. Para mi verguenza, la abrió en un segundo, y al agradecerle, me contestó "de nada, linda", mirándome fijamente a los ojos. Trece años atrás me hubiera emocionado demasiado, pero ahora empieza a tener canas y ya no veo telenovelas nacionales. Además siempre preferí a Renato Rossini, aunque mi nuevo vecino me enternece en su actitud de sereno amante de la vida de barrio.
Mi tarde de domingo fue la más desperdiciada de la última década, pegada a mi tele y sofá, salvo por la suerte de haber conocido a Rell Sunn, gracias a un documental visto en el canal del estado. Rell Sunn, nacida en 1950 en Hawaii, fue una de las mujeres fundadoras de la Asociación Profesional de Surf Femenino en 1979 y la primera mujer salvavidas en Hawaii. De chica tuvo que competir contra hombres pues no existía la categoría de mujeres y ganó incluso hasta después de regresar de una fuerte operación, pues a los 32 años le diagnosticaron cáncer de mamas, dándole un año más de vida. Lidió con eso ante la extrañeza de la gente pues la enfermedad no era tan común entonces, y tuvo que soportar la pérdida de un sponsor al realizarse una masectomía, mientras cuidaba a su hija pues era madre soltera, organizaba campeonatos de tabla para niños, charlas sobre la detección de tumores para mujeres (desafiando la costumbre de su país de no hablar de los males para que no crezcan) y daba sesiones de rehabilitación para ancianos. A pesar de las múltiples operaciones que le realizaron, que incluyeron un cambio de médula, Sunn nunca dejó de surfear, y su natal Makaha (donde era llamada Queen of Makaha, o Auntie Rell) fue testigo de los constantes cambios que sufrió su cuerpo, por que lo que nunca cambió fue que desarrollara su vida al borde del mar, y en ropa de baño. Era impactante ver la fuerza y la humildad que tenía Sunn, pero sobre todo su capacidad de matener el sentido del humor en situaciones tan inverosímiles como cuando, ante la pregunta de un niño en la orilla "¿qué buscas, Antie Rell?", ella respondiera sin dudar "mi teta", pues las pérdidas de prótesis o de gorros para disimular la calvicie en las olas no eran cosa rara. Y emocionante la vez que ante su imposibilidad de encontrar el gorro que usaba, salió del mar llorando y se fue directo a casa para regresar al día siguiente y encontrar que todos en la playa llevaban los mismos gorros que ella necesitaba. Rell Sunn era hermosa y tenía una increíble combinación de buscar cambios con acciones concretas y un gran respeto por la tradición e identidad de su país. Bailaba el hula y su nombre en hawaiiano "Ka-polioka'ehukai", significaba "corazón del mar". Murió los 48 años en 1998 y como cantaba Madonna (otra ídola) más tarde en el canal 23, aunque "it`s so hard to find someone to admire", de vez en cuando pasa y es un alivio de lo más energizante.
Ayer por la noche miraba en un baño la frase que alguna vez escribí en la pared: "¿por qué no llegas?", tratando de recordar a quién había estado dedicada. Y aunque me parecía que no estaba entre quienes bailaban afuera, no pude hacerlo. Que extraño pensar en el contraste entre el olvido actual y lo que debí haber pensado aquella noche. La nostalgia en ebriedad es demasiado poderosa.
Mi tarde de domingo fue la más desperdiciada de la última década, pegada a mi tele y sofá, salvo por la suerte de haber conocido a Rell Sunn, gracias a un documental visto en el canal del estado. Rell Sunn, nacida en 1950 en Hawaii, fue una de las mujeres fundadoras de la Asociación Profesional de Surf Femenino en 1979 y la primera mujer salvavidas en Hawaii. De chica tuvo que competir contra hombres pues no existía la categoría de mujeres y ganó incluso hasta después de regresar de una fuerte operación, pues a los 32 años le diagnosticaron cáncer de mamas, dándole un año más de vida. Lidió con eso ante la extrañeza de la gente pues la enfermedad no era tan común entonces, y tuvo que soportar la pérdida de un sponsor al realizarse una masectomía, mientras cuidaba a su hija pues era madre soltera, organizaba campeonatos de tabla para niños, charlas sobre la detección de tumores para mujeres (desafiando la costumbre de su país de no hablar de los males para que no crezcan) y daba sesiones de rehabilitación para ancianos. A pesar de las múltiples operaciones que le realizaron, que incluyeron un cambio de médula, Sunn nunca dejó de surfear, y su natal Makaha (donde era llamada Queen of Makaha, o Auntie Rell) fue testigo de los constantes cambios que sufrió su cuerpo, por que lo que nunca cambió fue que desarrollara su vida al borde del mar, y en ropa de baño. Era impactante ver la fuerza y la humildad que tenía Sunn, pero sobre todo su capacidad de matener el sentido del humor en situaciones tan inverosímiles como cuando, ante la pregunta de un niño en la orilla "¿qué buscas, Antie Rell?", ella respondiera sin dudar "mi teta", pues las pérdidas de prótesis o de gorros para disimular la calvicie en las olas no eran cosa rara. Y emocionante la vez que ante su imposibilidad de encontrar el gorro que usaba, salió del mar llorando y se fue directo a casa para regresar al día siguiente y encontrar que todos en la playa llevaban los mismos gorros que ella necesitaba. Rell Sunn era hermosa y tenía una increíble combinación de buscar cambios con acciones concretas y un gran respeto por la tradición e identidad de su país. Bailaba el hula y su nombre en hawaiiano "Ka-polioka'ehukai", significaba "corazón del mar". Murió los 48 años en 1998 y como cantaba Madonna (otra ídola) más tarde en el canal 23, aunque "it`s so hard to find someone to admire", de vez en cuando pasa y es un alivio de lo más energizante.
Ayer por la noche miraba en un baño la frase que alguna vez escribí en la pared: "¿por qué no llegas?", tratando de recordar a quién había estado dedicada. Y aunque me parecía que no estaba entre quienes bailaban afuera, no pude hacerlo. Que extraño pensar en el contraste entre el olvido actual y lo que debí haber pensado aquella noche. La nostalgia en ebriedad es demasiado poderosa.
4 Comments:
At 8:10 p. m., Anónimo said…
recuerdo que cuando era adolescente caminaba por miraflores y un carro deportivo atravezo estruendosamente la calle a punto de reventarme como a un platano de la isla.Quien conducia? tu heroe julian legaspi quien me sonreia atorrantemente.
At 8:57 a. m., Unknown said…
entonces no llegó porque no tenía que llegar, porque tenías que olvidarte de quién era, porque lo único que debías conservar era esa frase escrita y el recuerdo de esa desesperación, para que mucho después pudieras verla con tanta calma que entendieras lo lejos que ya estabas y lo lejos que estamos siempre de todo.
At 12:28 p. m., lucia said…
que paja, litio!
y casi que podría copiar y pegar tu comment bajo mi post sin modificación alguna...
At 6:03 p. m., vagos said…
qise llorar.
He tenido muchas heroínas y cada vez es mas dificil encontrar la sgte motivación de existencia, hasta qe seguramente te encuentras frente al espejo casi cubierta de ti misma.
katia.
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