Americas Next Top Citizen
Algo curioso de los últimos meses es que mis dos programas favoritos de tv son reality shows. En realidad son lo único que veo (las Gilmore Gilrls me dan pena en la última temporada, pero pena en serio. No soporto verlas separadas y coincidentemente, desde que ya no viven juntas, ha disminuido considerablemente la inclusión de lo musical que le daba especial emoción al programa). Así que los programas que he estado siguiendo son Project Runway y America`s Next Top Model. Este último terminó la semana pasada. Conducido por Tyra Banks, la famosa super modelo que fue la primera mujer negra en aparecer de carátula en Sports Illustrated y otras revistas por el estilo, el programa eliminaba semana a semana a chicas aspirantes a obtener trabajo en la agencia de modelos Ford, una sesión de fotos en Elle, un contrato de 100000 $ para Cover Girl y la fama que ganar un concurso de ese tipo podría proporcionar.
Luego de varias semanas, quedaban tres chicas: Keenyah, Kahlen y Naima. En el penúltimo episodio, iban a conocer la celda donde pasó varios años encerrado Nelson Mandela y se desataron una serie de conflictos: Keenyah, la finalista negra había manifestado varias veces su emoción de estar en SurAfrica “por ser negra” y Brittany, su nueva mejor amiga, terminó discutiendo con ella porque sólo repetía esa frase sin explicar de qué modo eso hacía que ella valorase más la experiencia que las demás concursantes, y porque Kennyah no sabía si Mandela estaba vivo o muerto. Al llegar a la celda, el encargado dijo que una de ellas la abriría, con la llave original, y se la extendió a Naima. Naima, que tiene sangre Afro Americana, Mexicana e Irlandesa, se mostró emocionada de un modo introspectivo. Vegetariana y budista, resultó ganadora por sobre Keenyah y Kahlen en el último episodio. Keenyah fue despedida por haber ganado peso y por sus conflictivos modos de lidiar con la presión. Después de la reñida final en la pasarela, los jueces dijeron que Kahlen había impactado durante todo el concurso, pero Naima había sobresalido al final, mostrando su verdadero potencial y la fuerza interior que la ayudó a superar su período de fiestas y desenfreno.
Creo que fue una decisión política. El rostro de Kahlen pudo ser imagen de Cover Girl desde hace 20 años hasta ahora sin sorprender por su elección: fresca, blanca, the girl next door. El de Naima ofrece muchas más posibilidades de identificación para las chicas norteamericanas que vayan a consumir los productos. Dentro de un país donde los inmigrantes y sus mezclas están ganando terreno a los blancos, no puede ser coincidencia el triunfo del rostro de Naima, pues no hubiera ganado hace 20 años, ni hace 15, ni 10 y quien sabe si lo haría en el futuro: representa a los Estados Unidos de ahora. Las tres finalistas eran casi como la publicidad de Ripley: con la negra y la blanca al costado (faltaba la china), pero a diferencia de los carteles que solemos ver en Lima, la mestiza no sólo no estaba oculta, sino que apareció y ganó. Esta vez.
Luego de varias semanas, quedaban tres chicas: Keenyah, Kahlen y Naima. En el penúltimo episodio, iban a conocer la celda donde pasó varios años encerrado Nelson Mandela y se desataron una serie de conflictos: Keenyah, la finalista negra había manifestado varias veces su emoción de estar en SurAfrica “por ser negra” y Brittany, su nueva mejor amiga, terminó discutiendo con ella porque sólo repetía esa frase sin explicar de qué modo eso hacía que ella valorase más la experiencia que las demás concursantes, y porque Kennyah no sabía si Mandela estaba vivo o muerto. Al llegar a la celda, el encargado dijo que una de ellas la abriría, con la llave original, y se la extendió a Naima. Naima, que tiene sangre Afro Americana, Mexicana e Irlandesa, se mostró emocionada de un modo introspectivo. Vegetariana y budista, resultó ganadora por sobre Keenyah y Kahlen en el último episodio. Keenyah fue despedida por haber ganado peso y por sus conflictivos modos de lidiar con la presión. Después de la reñida final en la pasarela, los jueces dijeron que Kahlen había impactado durante todo el concurso, pero Naima había sobresalido al final, mostrando su verdadero potencial y la fuerza interior que la ayudó a superar su período de fiestas y desenfreno.
Creo que fue una decisión política. El rostro de Kahlen pudo ser imagen de Cover Girl desde hace 20 años hasta ahora sin sorprender por su elección: fresca, blanca, the girl next door. El de Naima ofrece muchas más posibilidades de identificación para las chicas norteamericanas que vayan a consumir los productos. Dentro de un país donde los inmigrantes y sus mezclas están ganando terreno a los blancos, no puede ser coincidencia el triunfo del rostro de Naima, pues no hubiera ganado hace 20 años, ni hace 15, ni 10 y quien sabe si lo haría en el futuro: representa a los Estados Unidos de ahora. Las tres finalistas eran casi como la publicidad de Ripley: con la negra y la blanca al costado (faltaba la china), pero a diferencia de los carteles que solemos ver en Lima, la mestiza no sólo no estaba oculta, sino que apareció y ganó. Esta vez.