Te conocí en un bazar

entre cuadros, y revistas, camisetas, discos y jeans

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domingo, abril 15, 2007

Bouquet!

El otro día, en la boda de Claudia y Gallahad ¡agarré el bouquet!
Las muchachas estábamos amontonadas viendo a Claudia lanzarlo de espaldas y un chico casi lo agarra sobre mi cabeza. Me animé a cogerlo según yo porque no podía permitir que un hombre fuera el que lo recibiera, pero probablemente en realidad, mi lado amante de las películas para adolescentes y las escenas de telenovelas mexicanas guardadas entre mis recuerdos de infancia hicieron que un extraño impulsó se apoderara de mí y me hiciera arrebatárselo al joven, que quizá luego se lo iba a ofrecer a su chica. Ni siquiera recuerdo quién era, de pronto el poder de las rosas estaba en mis manos y luego en mis fotos.
La Ñaña gritaba que era imposible que yo lo hubiera cogido, que era la menos indicada y que sólo me casaría para darle la nacionalidad a algún etranjero que lo pidiera. Yo contestaba que lo había cogido para demostrar que el dicho era falso y que al no casarme yo, nadie más en adelante lo haría, riéndome "muajajajajaja"!!
Pero luego pensé que estaba bien que algunos se casen, como Claudia y Gallahad que lucían felices y hacían casi llorar de emoción a Anita y a Harry y a mí, aunque mi emotividad lidiaba con la risa que me causaba el odio que tenía Paulo por la costumbre de desear "la paz" a los vecinos en las misas. El bouquet está en nuestra sala, aunque empieza a marchitarse. Hoy seguimos hablando del viernes y Gabriel comentaba la carga tanática que no podía dejar de sentir en este tipo de celebraciones y se seguía burlando de que use la palabra "boda", según él, como ya sólo hacen en Televisa. Luego pronunció la palabra "sexual" y el mar se arrebató y mojó nuestras cosas.
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domingo, abril 01, 2007

Las favoritas de Brasil: Río

Con la panza revuelta por el almuerzo de hoy (ceviche, costillas de chancho al barril, ensalada, frejoles, 3 pilsen y una copa esmeralda), que me exige ratos de sosiego, por fin me dí un ratito para empezar a organizar fotos. No toda mi familia quiere ver las 900 que tomé, así que tuve que hacer un resumen y he aquí, el resumen del resumen:

Este cartel me sorprendió por su grado de precisión. Me propuse contar mis pasos hasta llegar a las obras, pero me distraje mirando paredes y haciendo click...

El delicioso Acaí, el mejor modo de empezar una mañana y llenarte de energías para exprimir calles desconocidas. Mi favorito era el de la Estación Central, en un kiosko de hombres viejos y con cara de mal humorados que le ponían jarabe de guaraná y rodajas de plátano, mientras servían salgados y jugos a los apurados parroquianos. Además del cariño que emanaban las frutas brillantes licuadas por rostros que parecían de ex presidiarios (como si eso pudiera ser un tipología, pero en fin!), enriquecían su sabor y consistencia el haberlo descubierto sola, cuando ya casi me sentía local por mi conocimiento del barrio y su precio, la mitad de este, que fue el que tomé por primera vez.Otro cartel sorprendente, que probablemente le gana a todos. Nunca más volví a decir hot dog. "A liberdade comeca na lingua". Que frase poderosa.

Polvos Azules de Río, o estación Uruguaiana. Entre polos que decían "las feas que se ahoguen" o "en caso de emergencia rompa el vidrio"(con la correspondiente camisinha para estar siempre preparado), las pelucas aparecían como intrusas de neón.
Un prostíbulo muy bien decorado. Esta foto casi me causa el decomiso de mi querida cámara por parte de un fornido guardián que salió de adentro, denunciándome por celular. Mis habilidades para gesticular, mi persusiva cara de inocencia y el lenguaje internacional de las ganas de seguir con vida me permitieron salir bien librada, aunque el hombre me siguió varias cuadras por las laberínticas calles del mercado Saara.Como los vicios nunca vienen solos, junto a la casa de las Primas Gostosas había un local lleno de pimballs, donde mis amigos se olvidaron de mí por un rato. Al darse cuenta de que tomaba una foto, el muchacho posó coqueto, improvisando una competencia de labios.Mis piernas, víctimas de los mosquitos y de las caídas por intentar innovar en bailes exóticos bajo efectos del alcohol. Al menos eso me contaron quienes dicen que me salvaron...Despues de verla todos los días en todas las estaciones de metro, no pude desligar esta frase del carnaval, ni de Brasil. Mejor así.
Entre los turistas que posaban de brazos abiertos, y los que tenían que contorsionarse echados en el suelo para conseguir el ángulo ideal desde donde retratar a los émulos del Cristo, tomé divertida mi versión minimal. Créanme! estuve ahí.Si un arrebato de cordura no me salvaba de la tentación con peinado afro, hacía millonario a este vendedor de tesoros en Lapa. Ramones, Grace Jones, Nina Hagen, The Clash me sacaban cachita desde la vereda donde eran exhibidos. El varón, claro, sabía lo que tenía ahí, y yo, lo que tenía en los bolsillos.
Un teléfono que impactó a mis amigos. Las muchachas en las fotos se parecían bastante entre sí y curiosamente también a las que salen en las fotos que promocionan labores similares en Perú, pero en las calles hay mucha más variedad, felizmente. No crean nunca a un chica llamada Isabely o a una que tenga una estrellita negra en medio de la bunda.Dos entusiastas señoras cerca a los arcos de Lapa. No recuerdo cuándo tomé esta foto, supongo que fue la noche de las heridas. Me encanta prender la cámara y encontrar fotos que olvidé haber tomado. Mirarlas cura la resaca.Ipanema. Quería copiarme el color de este niño y casi lo logro, sólo necesitaba unos días más. Pan blanco y cielo azúl. Que emocionante llegar a un lugar que se hizo famoso por una canción.Al comienzo no me gustaban esos trajes de baño, cortos y ceñidos, pero facilmente me conquistaron. Aunque al parecer no a mis amigos, porque no pude convencerlos de que impongan la moda en Lima.Mi desfile favorito en el Sambódromo. Esta escuela tuvo de tema "la evolución humana" y empezó con un comparsa de insectos y anfibios...Pasando por el Renacimiento y el futuro representado por los robots, la evolución terminó con el carro alegórico de los Superhéroes, como es lógico. El mundo será de las Supermujeres y los Superhombres, aunque la letra de la canción que acompañaba el desfile nunca dijo nada de Nietzsche.
Una niña muy expresiva en Copacabana. Hizo honor a su traje de Mi Bella Genio, dándome unas lecciones maestras de funk carioca junto al mar. Ilusa yo, no me imaginba que luego me pediría unos reales. Parezco nueva!
No llegué a las obras, aunque me acerqué bastante. Una tienda de segunda me lo impidió, invitándome a zambullirme en su huayco de zapatos de 4 reales, donde el dueño, grande y rubio era incapaz de encontrar los pares completos.
 
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