Fotos de Alberto García Alix en el CcEspaña

Ayer nos escapamos por unos momentos de una mesa no tan llena de cerveza en busca de un concierto. Llegamos cuando había acabado, pero pudimos ver la exposición de Alberto García Alix con calma y emoción. Recorría las caras de los travestis retratados, las miradas desenfocadas o las vaginas expuestas con desenfado, lampiñas y con las rodillas de la mujer tras su cabeza.
De pronto una camisa blanca de bailaor flamenco que cubría su cuerpo tatuado (pecho angosto y brazos gruesos, extraña combinación) estaba junto a mí.
Fan: Me gustan mucho tus fotos
García Alix: Pues gracias
Fan: Siempre me han gustado, soy fan de Ana Curra y me encanta como la retratas. Me hice un peinado que ella tenía una vez.
García Alix: Me has pillao. No esperaba que me la mencionaran!! Es mi ex esposa pues…(risas, silencio)
Fan: Tienes que escuchar un grupo limeño que antes se llamaba Metadona que hacía covers suyos, muy bonitos.
García Alix: Hasta ahora hablamos, le voy a decir que tiene una fan en Lima…
Fan: Sí, dile que la escuchaba a los 15 años y era feliz y luego quise tener su pelo ¡es muy hermosa! Me encanta “envuelta en ron” y “una noche sin ti”
García Alix: Esas épocas, me soplaba todos sus conciertos…Me has matao con lo de Ana!!
Se agarraba la cabeza y sonreía, o ponía las manos en su cintura, sobre su pantalón ceñido negro. Su voz era como la de un cuervo viejo, y sus ojos brillaban tanto que fue capaz de convencer a Panelein de que pueden haber viejos hipnotizantes, arrebatadores.
Nos hizo un pequeño tour por sus fotos. Santiago le preguntó por Nacho Vidal. Yo no lo conocía, pero Pane sí y hablaron de él, de sus amigos yonquis y de hacer el amor con las medias puestas. Señaló una foto en la que señalaba a unas bañistas.
Nos dio pica no poder fotografiar al fotógrafo, pero contentos regresamos a llenar de cervezas la mesa de la que habíamos huido antes. Ahí hablaban de matrimonios prometidos. Un amigo estaba zombi y decía “Esto es lo mejor”, señalando su vaso. Su novia le acariciaba el cuello y pedía “No te duermas, amor”.
Antes de irnos, un trío de mujeres que habíamos estado admirando en silencio pues elegían las mejores canciones de la rockola y las cantaban a coro, me empezaron a hacer salud! con sus vasos en alto, brindando por la juventud. Tenían el pelo corto, una de ellas un mullett con cabello crespo y se divertían identificándose con letras despechadas. Brindamos varias veces y luego el futuro esposo se acercó a despedirse de ellas, como todo un caballero.
(Ana Curra por García Alix)