En la combi
El hombre con ojo de vidrio preguntó la hora.
La señorita con uniforme de trabajo contestó: 9 y 35.
La adolescente con mochila de Bob Esponja, jean ceñido y zapatos de taco color beige se bajó en la calle Córdoba.
El hombre con ojo de vidrio y cofre de terciopelo morado dijo: "Preciosa".
El cobrador asintió.
La señorita con uniforme de trabajo color azúl se apeó un par de cuadras más allá.
Mirándola, el hombre con ojo de vidrio, cofre de terciopelo morado y casaca ochentera gris se dirigió al cobrador y dijo "Todas son hermosas, todas la mujeres son hermosas".
Yo asentí.
La señorita con uniforme de trabajo contestó: 9 y 35.
La adolescente con mochila de Bob Esponja, jean ceñido y zapatos de taco color beige se bajó en la calle Córdoba.
El hombre con ojo de vidrio y cofre de terciopelo morado dijo: "Preciosa".
El cobrador asintió.
La señorita con uniforme de trabajo color azúl se apeó un par de cuadras más allá.
Mirándola, el hombre con ojo de vidrio, cofre de terciopelo morado y casaca ochentera gris se dirigió al cobrador y dijo "Todas son hermosas, todas la mujeres son hermosas".
Yo asentí.